sábado, 30 de julio de 2016

LA PASTORA


Salida del inframundo espiritual;
de algún burlesque parroquial,
un garito evangélico,
o una leonera moderna donde los cristianos van a dejarlo todo por comprar el cielo.
Guía espiritual de alguna de esas parroquias de garaje.
Una de esas que hacen milagros a las personas que llegan con dinero,
y como por arte de magia se desaparece,
y aparece en la coca de la limosna;
pero la pastora me gusta tanto,
que si me pide el diezmo,
se lo doy ahí mismo,
sin preguntarle que compré con mi dinero;
estoy convencido que me lleva al cielo,
abrazado a su cuerpo.
La pastora tiene caderas de cumbiambera,
y se mueve en el púlpito como en guateque;
cuando la veo me posee Asmodeus que es el demonio de la lujuria,
me tienta Pruflas por la rabia que me da que esté tan buena,
y quisiera que Sitri le quitara tanta ropa.
Quiero que me enseñe la Biblia despacio y con buena letra;
me muestre el tesoro de Saba,
baile como Salomé,
y fornique como la Magdalena.
Ojalá me acepte en su secta;
me encantaría bautizarme con ella en un estanque nudista,
y prometo ser la mejor oveja de la Pastora.    

SERGINAZ DUGAND HENAO

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