NO IMPORTA
Y no importa lo que hagas,
y no importa lo que digas,
y no importa lo que creas,
y no importa lo que seas
o creas ser;
al final el barro es barro
y es polvo el polvo,
y es lo que es lo que es.
EL ENCUENTRO
Y me encontré a Dios, llorando
en una esquina del tiempo,
por la calle de Las Lágrimas
en la Ciudad del Silencio,
y me dio pena de Dios,
y de mí a Dios le dio pena
y, Dios y yo, nos miramos
y sin pronunciar palabra
tratamos de consolarnos.
IRROMPIBLES
Se encontraron frente a frente
el silencio y el olvido;
no dijo nada el silencio
y, el olvido,
en sí mismo ensimismado,
se negaba a recordar.
El tiempo, absorto, en lo suyo,
no cesaba de pasar.
Tú y yo,
en los hilos del espacio,
éramos un mismo hilo;
el hilo que tú y yo somos,
el hilo que siempre fuimos
y hemos de ser por siempre,
y que no romperán nunca
ni el silencio ni el olvido.
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