domingo, 17 de julio de 2016

ASÍ ERA EL CORAZÓN


Era un molino; era una rueda;
giraba hasta no más;
molía trigo y avena
sin cesar.

Un día se paró la negra rueda;
no quiso girar más
y no molió ni el trigo ni la avena,
ya nunca, nunca más.

Así mi corazón, la hora tras hora
¡ay! Late sin cesar
porque el Amor le manda; y late y late
con ritmo siempre igual.

Y un día parará como la rueda;
no querrá latir más;
aunque el amor le mande, nunca el triste,
su ritmo impulsará.

Mercedes Torrens de Garmendía
Publicado en Pensamiento poético

No hay comentarios:

Publicar un comentario