domingo, 29 de mayo de 2016

SIN EL NORTE


Me quedé sin el norte haciéndome sombra,
en ese instante, cuando
te fuiste.
El trinar de nidos, se acunó
en los murmullos agonizantes del día,
y tú, dejaste a un lado
las huellas de tu paso,
para columpiarte
en los últimos rayos
que acariciaron mi frente.
No hubo despedida,
te hubiera abrazado muy fuerte
y te hubiera llorado
hasta quedarme
en el desierto de mi retina.
Lo supe después, alguien me lo dijo, y por dentro
me quedé vacía.
Como barca perdida mar adentro.
Habíamos trazado cielos,
y juntos, troquelado estrellas,
sembramos letras,
que se fecundaban
cuando amanecía,
desde tus crisantemos, hasta las gotas de rocío
despertando en mi ventana.
Nunca imaginé siquiera
tu partida, hasta ahora
sigues latiendo
en la canción antigua,
en los racimos
de mis flores ya marchitas. Sigues aquí,
en el norte que te llora
como ayer y como siempre.
Te amé, mi alma germinó como vientre del universo,
para tenerte,
en los millones de luceros
que alumbran los insomnios, por donde llegas todas las noches.
Te amé y la arena
aún escribe nuestros nombres,
el mío anclado a los arrecifes y el tuyo
que vuela como mariposa.

Norma Pérez Jiménez -México-

No hay comentarios:

Publicar un comentario