OBJETOS
Los objetos resbalan
por las estanterías,
mudos pero presentes.
Sus ojos nos miran
desde cuencas vacías
desde las alacenas,
los aparadores altos
y las más bajas mesas.
Ceniceros, muñecas,
bolas de mármol gris,
jarrones sin flores,
marcos con fotografías.
Recuerdos sencillos
de días pasados...
y años ya lejanos.
Pero siempre...
compañeros fieles
de días muy bonitos.
Una caracola de nácar
en la repisa estática
Y en ella perderse
por mares soñados.
A veces, los tocamos
o bien los acariciamos;
soñando un instante.
En cuando tuvieron vida
y los colocamos ahí.
Una nostalgia...
agridulce, nos invade.
Y nuestros ojos vidriosos
con emoción contenida
los contemplan...
tras unas lágrimas
que resbalan peregrinas,
huyendo de nuestras vidas.
¡Es estúpido, amar...
objetos, muertos inertes?
Me pregunto a veces.
Y respondo: Puede...
pero también necesario,
cuando la soledad ahoga.
DESPERTAR
Se derrama la luz
sobre las blancas casas,
dorando con su tono,
este amanecer suave.
Agitando en azoteas,
las blancas sábanas
como adormecidas
en displicentes ondas
que pretenden despertar,
al nuevo día, perezoso.
Y éste gana fuerza
con su luz almibarada,
pincelada a pincelada.
Dibujando un sol...
redondo y naranja,
como pintado por un niño,
escondido de todo
que nadie logra ver.
El día toma fuerza,
alguien lo está creando.
EL PARQUE
Yo, jugaba en esa plaza,
donde los árboles altos,
muy muy altos...
crecieron más que yo.
Y ahora tapan la luz
que viene del sol.
Y que antes tostaba
a fuego muy lento,
nuestras espaldas,
durante los veranos,
jugando a canicas,
a batallas crueles,
a la cuerda, al escondite,
a mil empresas,
arriesgadas, valientes
que la vida nos daba
con su imaginación
que era la nuestra.
Y que un buen día
a muchos nos quitó.
Hoy en el parque,
otros niños juegan,
repiten el proceso
de aquellos sueños
que alguien, un día,
nos arrebató, se llevó.
Y que hasta hoy...
aquellos niños de ayer,
seguimos buscando,
con una esperanza
que sigue ahí, intacta;
junto a los árboles,
recién plantados
de nuestra infancia.
!De eso hace ya...
muchos años!
MARÍA LUISA HERAS VAZQUEZ -Barcelona-
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