(Poemas Lorquianos )
Prende entre sueño olivar
y a sus pies colina roja,
unos pasos que al andar
frío de muerte recoja.
Un borrico al caminar,
un pan duro en la alforja,
y más tormento es respirar
cuando las fuerzas aflojan.
¿Dónde quedaron las horas
de aquel joven enamorado,
entre aceitunas verdes,
aceite, y pan tostado?
Cuando el divino alimento
eran los besos dados.
Olor a albahaca campesina,
que ponían sus ojos nublados,
eran flores de cerezo,
dos luceros entre sexo
se batían, en heno revolcado.
Noche, luna, amor y lamento,
de dos cuerpos encendidos,
que se han vuelto gris tormento
en la noche del olvido.
CLOTILDE ROMÁN
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