Con la brisa se desvelan los aromas
a zafra y miel,
a yugo y plenilunio...
¡Hoy, comienza la molienda!
Hoy se apiadan tus labios de la dulce caña
y la sed de los míos
al guarapo de tu miel.
Hoy, aplauden los vientos
la canción del alba
al trapiche que suspira en cada giro
cuando gime, cuando canta,
cuando llora.
Se desnuda tu mirada
en mi ventana
con plegaria de colores: bugambilias
y geranios bebiendo alboradas de rocío...
la piadosa ternura de tus manos
deshojando la rosa que corté para ti
en mi jardín de ensueños...
Hoy, te espero labrando
mi surco de añoranzas
midiendo la distancia del vientre
de la tierra y la semilla,
del fruto del verano
y la primicia de tu aroma
cuando vuelvan tus besos a mis labios,
cuando se acorte la distancia
entre la simiente de mis sueños y el fruto
que en tu vientre resplandece.
Hoy, el círculo se cierra endulzando
cada vuelta de guarapo y miel;
mañana, habrá fermento en la embriaguez
de besos en la noria del desvelo,
en cada luna que rescata primaveras
de tu piel, de tu frescura
de la primicia de tu aroma en la alborada.
Hoy, que estás, la brisa de este trópico
revive,
los trinos hacen coplas con el viento,
el arado y el surco reposan del orgasmo
de un sueño...
El yugo gira y gira, y la caña se nutre de calor
para endulzar en cada vuelta
de guarapo y miel los besos de tu boca
que me dan la vida...
Ricardo Flores Joya -El Salvador-
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