Destellos de cielo fulgente.
Espectáculo pleno, sublime,
con matices de luz majestuosa
en la altura aquilina, infinita,
de la cumbre difícil, salvaje.
Aire, sol y perfume de campo,
mis sentidos halagan y gozan.
Es la dicha que anhelo en mi tiempo:
la tregua del cuerpo y del alma la paz.
JOSÉ LUIS DE ZAN
No hay comentarios:
Publicar un comentario