Pienso quizás en la dicotomía
Entre la paz a nuestro alrededor
Y esa paz que nos quema el interior
Si el alma al evadirla está vacía.
Nos duele el egoísmo, la falsía
La máscara fugaz del impostor.
Cuando el mundo se aflige en su dolor
Y hay indolencia en la mirada fría.
Más que nunca al acecho está la espada
De Damocles que pende aún airada
Con sus ritos de juego, de comedia.
Basta solo mirar al universo
Y al poeta que alerta en cada verso
La inminencia voraz de la tragedia.
Del libro Sonetos a la paz de LORENZO SUÁREZ CRESPO
Publicado en la revista Oriflama 22
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Hace 1 día
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