La salida de lo universal y vacío hacia lo exterior y particular, y la negación de la particularidad, y la vuelta a lo universal. En ello consiste el regreso de la Idea a su hogar (bei sich). El espíritu pasa así de la sustancia, de lo que es en sí y abstracto, hacia la condición de sujeto capaz de ser conciente de sí: G. W. F. Hegel
En el Comienzo era una sed,
una sed sabia, pero salvaje y ciega.
Una sed que no sabía de sí
todo lo que es el agua,
una sed que no sabía del todo
cuán bello es el desierto,
pero una sed de anhelo,
y en el anhelo estaba su sabiduría.
Estaba En Sí como si fuera cautiva
y sólo, por estar En Sí metida, no saltó
al seco, escueto, hecho del Para Sí anhelado.
Parecía una Sed árida, desértica,
sed con raíz en el yermo de la Nada,
inhóspita sed boqueando por las aguas,
reclamando el aire húmedo, verse en raseros
de Tierra y en cúspides de montañas.
Mas era el suyo momento potencial
antes que pudiera reclamarse a sí
como sujeto, porque se sabía En Sí,
pero digna de desarrollos consumados
e incesantes. Tenía la vibración interna.
Ella era sabia, pero aún
no PARA SI. No respiraba
en devenires todavía, no sabía actuarse
ni romper las indeterminaciones
y lo quería, porque era una Sed sabia.
Y la exterioridad de la naturaleza,
quizás porque la compadecía, dijo a la Sed:
Veme, palpa, échate en Mí, yo te navego,
yo soy el río, yo lamo el sabor de la Tierra.
Y la sabia Sed quiso la Tierra para sí,
pero comenzó con el Agua
Tenía mucha sed, sed tenía sed,
sed estaba seca y quiso beber
concreación de potenciales
y no tuvo miedo del Todo cuando se dispersó
y se alienó a si mismo y le rompió
las cadenas y, así Sed cayó en el agua.
El agua le bautizó el gaznate de su ser
y la hizo odisea de espíritu,
pujado inicio de las realizaciones
y la sed se dio un nombre concreto de bautizo:
Realisierung, oh, este es el nombre
de mi sed, ser real concreto,
ser no escindido, ser recuperado
para las totalidades...
... y fluyó en las aguas y dijo: Buenos días,
agua amada, y bebió el sabor de la tierra
y la sal de los mares y la arena
y le dijo: Buenas tardes, amado suelo,
y miró arriba el aire cuando se puso oscuro
y le dijo: Buenas noches, amado aire.
Y la sed hizo hogar y se supo Sed de Idea,
por eso era sabia, aunque estaba
a solas con la asfixia
y herida en su garganta seca.
Del libro Consolaciones de Agar de CARLOS LÓPEZ DZUR
Publicado en el blog carloslopezdzur
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