Sólo fui
coincidencia en la vida.
Empecé a amar
sin apenas saber qué era
siguiendo la voz
de la madre amada,
gateando por el suelo
tu rostro encontré.
El sonido del viento
escuchaba algunas noches
de luz encendida,
de polillas en la bombilla.
El sonido del lavadero
al discurrir el agua
en el abetal de la sierra.
Conocí el odio,
apenas crecí, y
pasé de la envidia.
Gente y paisajes urbanos,
ciudad caótica y abigarrada,
lo que fue
antes un paraíso de huertas
con olor a jazmín en primavera.
Sombras oscuras de rostros pétreos
pasean por la ciudad,
son marionetas
de una miserable telaraña tejida
al abismo materialista.
El limbo de los olvidados anónimos,
un refugio de luz es,
una muralla contra el dolor,
palabras que vuelan libres
sin el acero de las flechas,
letras acompasadas
en una antigua máquina de escribir.
Refugio y meditación es
y interacción entre dos mundos.
Reparas en mí y percibes
la alegría de mi presencia.
Alma al aire, alcanzable a tus manos.
Alma al aire..
GUILLERMO SENENT
Publicado en el blog latidosdemialma
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Hace 1 día
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