Bellas rimas
que deleitan el alma
jugando con ellas
cada mañana
desde la infancia
siempre añorada.
Caminando los versos
como fiel compañero,
jugaba a las escondidas
y el éxtasis siempre ganaba.
De un tajo fue alejada
de aquellos versos amados,
a esta soñadora,
tantas reglas
se le indicaron
que en esa agonía
le coartaron las alas.
No pudiendo soportar el corazón
aquéllas cadenas
en los versos que la acunaban,
protegiéndola de su propia melancolía.
Con tristeza en el alma
el corazón se alejaba
entre las estrella de la nostalgia
introduciéndose en los versos
que tanto querían
ella se dormía .
Pasaron los años
en el adormecimiento del alma
al no poder expresar
lo que tanto deseaba.
Aquello poemas
se estaban gestando
en el confín de las galaxias
surcando como cometas tan errantes
entre los deseos del alma
con el anhelo de poderse expresar
en cada uno de sus versos
que sueñan despiertos.
Sandra Méndez -Guatemala-
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