Y es que Judas quiso salvar su pueblo
Y para ello vendió al mismo Dios.
Cabe duda si buena es su intención.
Y puede que él no buscase el dinero.
Sino sacar al pueblo de opresión.
De un imperio romano dominante
Es la traición jugada, como antes,
Del nuevo poderoso opresor.
Pero esta vez sin arrepentimiento
De tanto ultraje al pueblo soberano
Que encargo dio en las urnas: un lamento
De acabar la crisis y dar trabajo.
No de hacernos falso todo lo cierto,
Robando los derechos al de abajo.
PEDRO JESÚS CORTÉS ZAFRA -Málaga-
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