jueves, 4 de abril de 2013

EL TELÉFONO DE LA REINA.


Por los resquicios de las ventanas
disfrazado de temporal
ruge un dragón impotente
los gatos están adentro
y la casa calentita
Flotamos arriba de la enorme cama
comiendo sanguchitos
y viendo una película de espadachines
dispuestos a dar la vida
 por amor a la reina
descorcho otra botella de vino
por amor a la reina
suena el teléfono
¿Señor Finkelstein
 quiere comprar un Volkswagen?
-Noooooooo señoriiita para qué?
 lo que sí  le compraría
por amor a la reina
son otros 1001 momentos como éste
y más amor por la reina
Sí!
no, desde luego
no pretendo que lo entienda,
tampoco se lo voy a explicar
pues… porque estoy en mi casa
y ahora si me disculpa
tengo que ir a arrodillarme plebeyo
y erguirme caballero, adiós.

Leonardo Morgan
Publicado en la revista Nevando en la Guinea 32

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