Hay días en los que piensas que eres un desastre, una calamidad, tu vida es como los pedazos de un naufragio, tu cara el paisaje después de una batalla y tu cabeza los restos de un botellón en brazos del diablo. Te miras en la foto de la pantalla de tu ordenador y te dices que esa no eres tú, que no puedes ser tú. Una avalancha de desgana, apatía y desinterés aprisiona tus gestos. Miras a la gente sólo como de reojo y enfadada con el mundo y la vida, la pereza corroe tus entrañas.
GUILLERMO JIMÉNEZ FERNÁNDEZ -Mérida-
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