Desde el fondo de un tiempo sin rituales,
desde un tiempo de oscuros sortilegios y orfandades y páramos de llanto agostados por cóleras azules,
he llegado al final de las tristezas.
Soy un eco de pálidas liturgias, un diezmo de plegaria, una elegía, una pena demente
mutilada por ráfagas confusas, por delirios, por oscilantes filos de vergüenza.
Traigo siglos de hastío en las pupilas,
centurias de traiciones, de congojas y un ramillete mustio de intemperie ceñido a las solapas cotidianas por lazos de mentiras y de afrentas.
Algo de tus herrumbres ha quebrado el antiguo andamiaje de los sueños y me ha precipitado a los abismos donde una roja elipsis afiebrada encabrita marañas de azucenas.
Y aquí estoy, con los dientes apretados, rasgando el corazón por no quererte.
Estoy aquí, blanqueando los nudillos, mordiéndome los labios, extraviada, desnuda, desafiante, herida, ciega...
tensando las hilachas de mis odios por maniatar la luz de la memoria, los recuerdos que claman armisticios,
por trenzar amuletos, talismanes que me exculpen de rabias encubiertas
y me libren de hollar este destierro, de caminar mis vastas soledades, de agonizar aquí, sobre este muelle oculto entre la sombra encarnizada
y así, azotada por espuma y viento, aguardar el bajel de los olvidos,
el navío de jarcias andrajosas errando su convicto desarraigo bajo lunas de insomnio impenitente
sin nombre, sin destino, sin bandera.
Del libro A espaldas del silencio de
NORMA SEGADES-MANÍAS
Publicado en la Editorial Alebrijes
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