Hoy he estado escuchando
Una de las muchas canciones
Que hablan de esa ciudad opuesta
Que unos veneran
Y otros odian
Y su recuerdo me ha trasladado
Hasta estas líneas.
Vivíamos en una casa
Encantada y
Encantadora
Aderezada con música de guitarra
Y té con pétalos de rosas
Comprado a granel
Unas cuantas calles más abajo
Y preparado con esmero y cariño
En todas sus fases
Por todos y cada uno de nosotros
Como si se tratase de un auténtico
Ritual iniciático a la meditación.
Flirteábamos con la rutina,
El trabajo y el metro
Mientras nos ocultábamos
De la morriña tras la distancia
Que nos separaba
De muchos de los nuestros.
Hoy, lo que nos queda,
En cambio, es
Ocultarnos de esa misma morriña
Que es ahora la que nos separa
A nosotros de nosotros mismos
En la distancia que aplican
Como siempre, inexpugnables,
El tiempo y el olvido.
Del libro Versos di-versos de
DANIEL GRANADO PULIDO -Cádiz-
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