“Madrecito de esperanza”
Miguel de Unamuno.
Podría haber crecido
habitando tu tiempo,
y haber sido tú, San Juan,
el que me amara,
tú, mi amado a ciegas.
Y ahora, aún, San Juan,
ser yo la amada.
Tenerte en el momento justo
del asombro
cuando todos se han ido.
Habitarte, al fin,
como la luz te habita,
para después subirme
al único universo
donde el amor responde.
Qué amor, San Juan, el tuyo.
Y poder elegirte entre los seres.
Qué amar para que me tuvieras
saliendo aún sin ser notada.
Y yo volver a ti para entregarme
toda amando,
amando…
Y perdóneme Dios.
Pepa Nieto. España
Publicado en la revista Oriflama 21
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