Amo este paisaje
de agua y de canoas,
amo este infinito
de redes y aparejos,
el cielo fundido en la laguna,
el sol desdibujando la orilla
y el hechizo guaraní
en los camalotes descendido.
Sí, amo este paisaje
aún en la crecida,
en el hambre, en los vagones,
en la muerte lenta de la limosna
-préstamos de vida-
porque siempre hay una esperanza
en la bajada.
Única posesión de los sin-tierra,
única riqueza de los sin-nada
este paisaje de canoas y agua.
TRUDY POCOVÍ -Argentina-
Publicado en la revista Gaceta Virtual 74
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