Todo pasa, todo queda.
El cristal empañado
por el vaho de los siglos
retiene la figura
que hemos dibujado
a través de los días.
El devenir de los minutos
ha marcado cada pensamiento,
cada instante,
cada frase pronunciada.
Una plegaria
escapa de los labios entreabiertos
en el tiempo indefinido
mientras en esta playa solitaria
naufragan los sueños,
las palabras,
perdiéndose,
en la memoria de las olas.
Mª Dolores García Muñiz
Publicado en la revista Aldaba 13
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