La mañana es clara y luminosa,
todavía fresca.
Ella madrugadora, sale,
tan pizpireta y graciosa.
Ellos la observan. ¡Hay que mujer! ¡Qué hembra!,
como anda, como huele, ¡como flor fresca!
Mirarla dicen ellas, a ¿dónde irá?,
¡qué se ha creído!,
¿sabéis lo que se comenta,
pues la verdad,
no lo sabemos a ciencia cierta.
Pero si dicen... ya sabéis, si el río suena...
¡Pobre niña!, ella ingenua, ajena
sin sentir gloria ni pena
tan tranquila se pasea.
Todos, ellos y ellas
me la traen y me la llevan.
¿Qué les pasa?
¿Por qué ese interés malsano?
Tantos dimes y diretes.
Tanto cuentan y no aclaran,
es honesta, no hay pecado,
¿qué les pasa?
¿no lo sabes?, ¡mírala!,
¡es guapa!
CONCHA GOROSTIZA DAPENA -Conil-
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Hace 6 horas
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