El 30 de enero de este 2013 (30 de marzo en los países con calendarios escolares propios del hemisferio sur) se practica el quincuagésimo "Día Escolar de la No-violencia y la Paz" (DENIP), lo que significa medio siglo promoviendo la educación y la cultura en y para la no-violencia y de la paz. Conocido también por Día Mundial o Internacional de la No-violencia y la Paz, es una iniciativa pionera, no estatal, no gubernamental, no oficial, independiente, libre y voluntaria de educación no-violenta y pacificadora, practicada modestamente en escuelas de todo el mundo y en la que están invitados a participar los centros educativos, los educadores y los educandos de todos los niveles y de todos los países. El procedimiento didáctico de esta actividad de educación en valores debe ser vivencial y permite la autónoma aplicación en cada centro educativo, bajo su propia responsabilidad y según su propio estilo didáctico, lo que ha originado una gran diversidad de realizaciones, a veces incluso contradictorias y no siempre todas ellas compartidas por el fundador de la jornada, pero esto es una consecuencia natural de su flexibilidad y de su libertad metodológica (que deben ser salvaguardadas) y de su gran difusión.
Sin embargo tuvo un origen muy modesto. Nació en 1964 a partir de un breve llamamiento fechado en 1 de enero del citado año y publicado en el número XXIX-XXX de los mallorquines cuadernos literarios "Ponent" y tuvo que sortear circunstancias y obstáculos muy difíciles (actualmente pocos jóvenes se lo pueden imaginar), debido a la situación política de la España de aquellos tiempos, para poder sobrevivir.
Y, evitando sensacionalismos de cualquier clase, durante estos cincuenta años de existencia ininterrumpida ha sido y sigue siendo una siembra a voleo de ideales de amistad, hermandad, tolerancia, compasión, solidaridad, no-violencia, paz y respeto a los derechos humanos en el espíritu de los niños, de los jóvenes y de los adultos a través de la educación. Y en esto está, a mi modesto modo de ver, la causa de su dinamismo y de su continuada vigencia. En un escueto haikai titulado "La flama del Dia Escolar de la No-violència i la Pau" escribí:
Petita flama
que encén, cada any que arriba,
milers de torxes.
Pequeña llama
que enciende, de año en año,
miles de antorchas
Miles y miles de antorchas que pueden permanecer conscientes o inconscientes, activas o subliminalmente latentes en el corazón de seres humanos de todas las lenguas, de todas las razas y de todas las ideologías.
Lorenzo Vidal
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