A LAS PUERTAS

Las puertas de tu casa
me impiden entrar
y disfrutar de tus encantos
que no has liberado
de tus cadenas de barro.

Esperaré que abras
sentado ante la puerta
sin importarme ni el frío,
ni la lluvia, ni el sol,
porque sé que abrirás.

No sé cuantos días tendré
que esperar pero esperaré
porque quiero conocerte
a fondo y reírme contigo
de los viejos recuerdos.

Me dijeron que no tenías cara,
que tu cuerpo se escondía
en una extraña nebulosa
que me envolvería nada más
traspasar las puertas.

Pero nada me importa
he de pasar esas puertas
y envolverme contigo
e iniciar el eterno viaje
del que nunca regresaré.

JOSÉ LUIS RUBIO