Como la hermosa estación llorosa del otoño,
la poesía vuelve a mí otra vez
y todas las hojas del árbol de mi yo gatean
Vuelves a mí, poesía,
como la estación del verano a las playas del norte,
a tostar los cuerpos, desnudos, de las soñadoras mujeres eróticas
Poesía, poesía, vuelves a mí otra vez,
como la brava estación del invierno romántico y terrible
vuelve a las calles calladas de los bellos barrios horribles
Como Avenida Mata a las tres de la mañana cuando
ni la nada misma existe
Vuelves, vuelves, vuelves a mí, poesía
como la primavera vuelve a los parques y a las plazas
donde los niños juegan con otros niños y niñas
enamorados del sol sobre todas las cosas
Te dejo ir, escapar, poesía ándate, sé libre
no dependas de mí ni de nadie
soy malo para las comparaciones, no sé qué decirte
Vuelves como las manos de los pescadores a las redes de los botes
o a lo mejor como regresan los devotos al maestro
tras tres tristes eras de lejanos tigres fríos
Yo casi no te espero
sé que volverás
más poética y antipoética que nunca
o no poética del todo
o ex poética, como el caso del rutilante poeta José Ángel Cuevas,
pordiosito lindo que lo amo a ese rechucha de su madre
hiperesplendoroso en su ubicua opacidad
Vuelves como el boomerang a la mano que osó
en un instante mágico desligarse de él
con técnica asombrosa y máximo coraje
El hombre es un boomerang en las manos del misterio
ERICK SWEN POHLHAMMER -Chile-
Publicado en la revista Lamás Médula
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