La mitad de la belleza depende del paisaje;
y la otra mitad de la persona que la mira…
Los más brillantes amaneceres; los más románticos atardeceres;
los paraísos más increíbles;
se pueden encontrar siempre en el rostro de las personas queridas.
Cuando no hay lagos más claros y profundos que sus ojos;
cuando no hay grutas de las maravillas comparables con su boca;
cuando no hay lluvia que supere a su llanto;
ni sol que brille más que su sonrisa……
La belleza no hace feliz al que la posee;
sino a quien puede amarla y adorarla.
Por eso es tan lindo mirarse cuando esos rostros
se convierten en nuestros paisajes favoritos….
Hermann Hesse (1877 - 1962) Alemania
Publicado en la revista La Urraka 30
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