Ando por esta casa y no me encuentro
porque dicen que hallarse es encajar
los golpes bajos de la vida,
y hoy transito por las habitaciones
como creen que lo hacen los ausentes.
Hasta estuve en Lisboa
al abrir esta puerta, y hubo
revoloteo de palomas
en la Plaza de San Marcos cuando entré
en lo que ayer era mi biblioteca.
París, Roma. Venecia, Asís…,
la misma esquina de mi calle
se hacen presentes
en esta habitación,
frontera de los sueños.
Ayer era
la casa
como un cuerpo deshabitado
expuesto al sol del mediodía. Ahora
cada instante más lejos
de la historia que tuve que vivir.
Y sin embargo
en este mundo silencioso sigo
- casa que una vez estrenépor
si existí algún día
y ahora vuelvo a encontrarme.
Francisco Mena Cantero. España
Publicado en Oriflama 20
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