El hombre, con su capacidad para llegar a unirse a Dios, no puede revolcarse en las cloacas sin culpabilidad. Nada ni nadie puede obligarle a ser dañino, estéril, malvado y criminal, si no es por propia vocación del mal. Pero la frenética locura del ser humano se agudiza, cuando se acompaña de crueldad despiadada contra seres inocentes.
En España, se sus múltiples y fanáticas Fiestas Patronales, se puede torturar y asesinar a miles de gallinas, patos, cabras y vaquillas con los medios más sofisticados para hacerlos más crueles, sin que nadie levante la voz para defenderlos porque así lo exige "la tradición".
Está la "Fiesta Nacional", que basa su espectacular diversión en el enseñamiento, desprecio, tortura y asesinato de un pobre animal llamado toro. Y hasta han terminado por dar el nombre de Cultura al envilecimiento de las masas y al más soez de los comportamientos, cuando todos sabemos que una corrida de toros consiste, esencialmente, en clavarle hierros y aceros a un animal vivo, hasta matarlo.
No nos engañemos justificando y distinguiendo antropocéntricamante entre víctimas racionales e irracionales, porque ¿desde cuándo y con qué derecho se le puede llamar racional a un torturador asesino, e irracional a su inocente víctima? El dolor es siempre dolor y el sufrimiento perpetúa el dolor, y la iniquidad del que produce
dolor y sufrimiento a cualquier ser sensible no es nunca defendible ni justificable.
Cualquier animal-víctima podría poner voz a la siguiente estrofa:
Yo también como tú, hombre,
soy animal desterrado del cielo,
qeu sufro y tengo hambre,
que amo, sueño y muero.
ENRIQUE NÚÑEZ-Pro Dignidad Humana (Alicante)-
DE FACEBOOK - 6143 - CENA PEÑA ATHLETIC
Hace 3 horas
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