Sobre un suelo inmaculado,
vuelan mis pisadas de pasiones.
Construyeron una cerca:
Perfectas sus líneas, sus ángulos,
y sus astillas, recién afiladas.
En la obscuridad de madrugadas
gélidas, imaginaba tu encuentro:
-mi espalda contaba los minutos
para que tus dedos dibujaran sobre
ella una despedida sin palabras-
Sin hojas quedó mi árbol,
Aquél en que reposaba la cabeza
mientras sus ramas por la
ventisca, mi pelo acariciaba.
Con el otoño moribundo, desnudo
de lisonjas ha quedado.
Sus ramas dibujan el horizonte
cubriendo un suelo pulcro
-pareciera un cuadro pintado-
Al fondo, tras de la niebla,
otra cerca se ha formado,
son los sueños de otras noches;
de otras vidas que los inviernos
sin piedad… han despojado.
Juana Campos Cortés
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