miércoles, 29 de agosto de 2018

POCAS PALABRAS PARA LA FELICIDAD


El lenguaje del amor está compuesto por pocas palabras, pero permite incontables combinaciones para construir expresiones hermosas, para construir viviendas de sueños, de amores, de dichas y de esperanzas, como también pequeños y transitorios albergues de desdichas, pesares, tristezas y abandonos, en tránsito hacia el reposo en amplios espacios de felicidad.
Mamá, niño, hijo, paz, amor, alegría, esperanza, libertad, dulce, reconciliación, encanto, tranquilidad, abuelos, nietos, corazón, alma, ilusión, y pasión, son algunas preferidas entre muchas bellas palabras. Con las cinco primeras, tan fácilmente puedo construir una hermosa frase: "La mamá tuvo un niño, un hermoso hijo, que para ella fue su verdadera paz adornada de riquezas de amor para su alegría sinigual". Cinco palabras de base para manifestación de una realidad que a una madre le permitió un incomparable estado de emoción y de felicidad.
Esas mismas palabras utilizadas por un político, por un corrupto, por un ladrón (también podría decir para resumir..., por un político corrupto ladrón), por un asesino, por un mentiroso, o por un estafador, podrían alterar las costumbres de sus corazones y enseñarles a pensar y a actuar con disposición hacia una vida compartida con el amor y con la ilusión.
No necesitamos de muchas palabras para pensar, para escribir o para hablar. Podemos crear un "cuarto del reblujo" donde podamos abandonar a las más feas, como político y corrupción, y dejar en la "punta de la lengua" y de nuestro corazón palabras como soñar, palabras como perdón.

Jorge Alberto Velásquez Peláez

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