jueves, 30 de agosto de 2018

MERCANDO LEÑA


(CONCHERIAS) 

-¡Hola, ñor José María!
Traiga la leña pa vela.
¿Cuánto cobra?
-Cinco pesos.
-¡Ave María gracia plena!
¡Los tres dulcísimos nombres!
-Deje la jesuseadera;
yo pido lo que yo quiero
y usté ofrece lo que ofrezca,
que usté manija su plata
y yo manijo mi leña,
y no hemos de disgustalos
por cuestiones de pesetas.
Eso sí, quiero decile
que repare en la carreta,
y que espí si está cargada
con concencia o sin concencia.
Si le cabe un palo más
me lo raja en la cabeza.
Yo soy un hombre legal,
feo decilo; pero vea,
a yo naide me' azariao
hasta l'hora por mi leña.
Esta es quizarrá amarillo,
laurel y madera negra:
de jierro pa consumise,
y pa prendese de yesca.
Con una leñita asina
se lucen las cocineras.
-Sí, pero está muy menuda;
tres pesos le doy por ella.
-Por cuatro se la vaceo.
-Si quiere los tres, vacéla.
-Se la pongo en tres con seis,
nada más que pa que vea
que yo si quiero tratar.
-No mejoro la propuesta.
Acuérdese qu'es verano
y que anda dunda la leña.
¿Sabe en cuánto compró dos
carretadas ña Manuela,
la mujer que vive allí
onde está echada la perra?
¡En cinco pesos!
-¡Caramba!,
de fijo que era de cerca.
¿Tal vez jocote o güitite?
-¡Qué va pa güitite!...Buena:
joaquiñiquil y targúa...
-Puede ser que asina sea.
Mas volviendo a nuestro trato
se la largo en tres cuarenta.
-Los tres pesos que le dije.
-Arrímeles la peseta
y tratamos.
-Ni un centavo.
-¿Dónde le boto la leña?
-¡Abrite el portón, Jacinta!
-¡Está con llave, ña Chepa!
-Aspérese, voy' abrile.
-¡Gui! ¡Güey viejo sinvergüenza!
¡Confisgao tan pachorrudo!
Gui, gui. ¡Jesa, jesa, jesa!
-Entrela en brazaos pequeños
pa librar la chayotera.
Coja por este zaguán
y di'ahi cruza a la derecha,
y en el rincón de l'esquina
me l'acomoda en estebas
de modo que deje paso
al común.
-¿Sí? ¿De deveras?
¿Con que quiere de remache
que le meta yo la leña
y que di'ahi se la acomode,
y que ha de ser de manera
que dé paso a la letrina?
Dígame, señora Chepa:
¿no le gusta más pelada
y olorosa a yerbagüena,
y con lazos en las puntas,
y aspergiada de canela,
y que además le regale
como a modo de una feria,
el chonete, los güeycillos,
los calzones, la carreta,
y este chuzo, y esta faja,
y'a la zonta de mi agüela?
-¡Qué hombrecillo tan malcriado!
¡Cargue de pronto con su leña!...
-¡No! ¡Si la voy a dejar
pa que la queme de muestra!...
¡Que me alce el Patas el día
que güelva a tratar con viejas!

Aquileo J. Echeverría (1866-1909) -COSTA RICA-
Compartida por José Rafael Orozco Torres

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