Tus dedos en el surco del alma
como un puñado de luciérnagas,
Tus dedos amputados en la mirada
que me coagula,
Mi sangre que se atora en la punta de tus dedos,
Y el dulce silencio de las noches...
Tus dedos se harán farolas
y mi carne vuele con los insectos hasta su luz,
tus dedos trasparentes que patean la luna
tus dedos en la carretera
como animales atropellados;
Extrañamente horizontales
Acompañando el corazón de algún venado,
Y todo aquí,
Junto a tus dulces dulces dedos…
Revol Didier
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