Me duermo
entre los soles perdidos
que el otoño
dejó cobijando mi verano.
Te acuno
entre las ansias
de mis tibias manos
que divagan
yacentes de tu pecado.
Te sueño
desde mis ojos,
tras el cristal
que transforma lo ficticio;
dónde todo acaba
pareciendo real;
dónde la verdad
proviene del delirio...
Te acaricio
con el calor
que sólo emana
desde mi pecho.
Te pienso
en el resplandor
de mis madrugadas,
con mi silencio...
Diosma Patricia Davis -Argentina-
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