Y te amaré con el éxtasis del viento,
con la sublime mirada de un pegasso,
con el alma de los mares del sediento,
con la suave brisa de un abrazo.
Te amaré hasta el final de los tiempos,
con la gracia inocua de una musa,
como amaran los ríos más sedientos,
como se aman los tordos en su cruza.
Te amaré como nube de los vientos,
como la lluvia se moja con la rosa,
con sublime vanidad, sin aspavientos,
como la luz que traspasa linos lentos.
Porque amor, sólo nací para amarte,
porque tu piel me abrasa sin quemarme,
porque tu voz me inunda sin llorarte,
porque naciste tú, tan solo para amarme.
Porque soy la montaña y tú el trueno,
porque liamos con furor nuestros abrazos,
porque fundimos nuestras almas en eterno,
porque tomados de la mano,
somos lazos.
Hortencia Aguilar Herrera -México-
No hay comentarios:
Publicar un comentario