Padre, te hablo en el silencio y la quietud de mi alma
para poder escuchar tu dulce voz y llenarme de calma.
Mi morada es tu templo y mi pensamiento recapacita
luminoso ante tu presencia, Jesús de Nazaret, mi cita.
Desde mi silencio, espero el Viernes Santo en Pascua,
para hablar de tus virtudes y vivencias, muy conspicua.
No fueron vanas ni superficiales tus grandes hazañas;
eres bienaventurado en cielo y tierra, con amor sin sañas.
Al mundo preñas con tu gran visión sagrada que posees,
Hijo de Dios y del mundo y de la Santísima Trinidad eres.
Cordero de Dios, Padre Celestial, te hablo en mi silencio
y te pido escuches mi inquieto y sufrido corazón reacio.
En medio de mis pesares, escucha mi oración y razón,
alivia mi alma y voluntad de mis hermanos; su corazón,
sus penurias, miserias, carencias y ese valle de lamentos
que nos afectan y nos mantienen siempre descontentos.
Jesús de Nazaret, creo en tu palabra, en tu perdón y pido
perdón por todos los que en ti no creen; desagradecidos
somos, no te esperamos o te adoramos, no te exaltamos
o te amamos; hiciste mucho por nosotros y te honramos.
Desde tu cumbre, la fría Cruz del Calvario, Glorioso Señor
y Salvador del mundo, floreció tu asombrosa luz y tu amor
divino, en mundo infecundo y te levantaste del Sepulcro,
de entre los muertos, Glorioso Día de Resurrección pulcro.
El Día de Pascua, los ojos vieron tu ser trinitario e iluminaste
tierra vedada, los cielos e infiernos, con grandioso contraste,
magnificencia sin recelos pero con eficacia divina. Sagrado
Corazón Eucarístico de Jesús, estoy a tus pies con verso alado.
Siempre adoraré tu corazón refulgente que late como erario
en honorario Sepulcro, el Día de tu Resurrección y aniversario.
Nos sentimos fortalecidos y gozamos tus estrados de salvación
con tu amor y fortaleza, con dolor, asimilación y abnegación.
Por amor a tus hijos mueres y por ese mismo amor resucitas,
de Viernes Santo a Domingo de Pascuas en horas muy infinitas.
Señor Jesús, dejaste en la Cruz, tus congojas, agonías y ansias
al ser oprimido por imperfecciones, maldades y jactancias.
En este mes de Abril, vivimos tu asombroso misterio Pascual,
tu única razón de existir y vivir, con excepcional amor y ritual,
insuflados por tu Gracia Divina; magistral afecto en tu honor
muy sacramental y universal entre los creyentes, mi Señor.
Desde mi silencio, los Ángeles cantan y se alegran, aman
las llaves de vida y muerte; tu luz asombrosa y sin desmán
enciende el oscuro camino de la vida terrenal; hay alegría
sin tribulaciones y los seres se llenan de fe, certeza y victoria.
Jesús de Nazaret, desde mi silencio, te siento muy expresivo
instructivo, reflexivo, positivo, iluminativo y muy emotivo,
y deseo tocar tus heridas aunque creo en ti; eres ser compasivo
de luz paliativa para mi alma y las almas del universo optativo.
Felices Fiestas Pascuas para todos los feligreses y devotos
que hacen votos por llevarte lirios y flores y sus decretos
de renovar votos y ser mejores seres humanos, caritativos
activos, como fuiste con todos nosotros y muy ilustrativo.
Rosa Elizabeth Chacón León / Elizabeth Chacon Stevens -Perú / Estados Unidos-
No hay comentarios:
Publicar un comentario