jueves, 6 de abril de 2017

FILANTROPÍA.


Y... otra mañana abriendo los ojos
a la indiferente realidad de los sueños.
La brisa que pasa indolente en la esquina
de cualquier calle
advierte de su presencia, sin sutilezas,
acaricia gélida con su blanco aliento.
El sexo aún cree en la suerte
pero se acomoda en la esperanza,
en la dualidad imaginada de cada día
sin recelos.
Ansío dibujar tu figura, o..., tu presencia
en las rayas de mi mano,
una sombra de ti, de lo que eres
o de lo que ahora soy.
 Ajada, los cabellos mojados por la lluvia
que regala el cielo de septiembre,
miras perderse con nostalgia
mis pasos por la calle con charcos.
Van cambiando mis versos, como yo
se hacen profundos e hirientes
como vigilantes pupilas en la noche de mi tiempo.
Mundo, batallas, vidas por vivir... Por vivir.
Estudio filantropía y no apruebo
trotamundos, exiliado al país de tu cuerpo,
andrógino, paria excelso en las lunas de tus pechos.
En un duermevela sempiterno
releo tu nombre escrito en mi almohada
y,,,, nunca despierto. No quiero hacerlo.

Del libro La senda amarga de Joaquín Marías Corbalán Corbalán
Publicado en Acantilados de papel


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