Muchos amantes de la fe,
creyentes de algo superior.
De un hijo muerto sin ley,
y de un mundo, que padre creó.
En la ciencia no se ven,
no hay vida más allá del yo.
Nuestro planeta único es,
en el que la vida se engendró.
Caminan con ese nacer,
el sacrificio por el amor.
Sin llegar nunca a comprender,
que quizás, un E.T. nos cultivó.
El planeta se pudo hacer,
en cadenas de explosión.
Donde mezcla de mucho gen,
hizo vida hasta Orión.
Inmenso es lo que no se ve,
salvo estrellas de su esplendor.
Que nos debe hacer entender,
en otros mundos con su color.
Muchos al ver van a creer,
quitando imaginación.
Cuando ellos en una fe
y un Dios, creen con gran fervor.
Aunque su rostro es papel,
de alguien con su versión.
Pero al final se ha de saber,
¿quién está detrás del complot?
Descubriéndose tal vez,
que extraterrestre fue Dios.
Y que Dios, hizo ver a E.T.,
como la gracia de su humor.
Muchos amantes de la fe,
viven creyendo en algo mayor.
Olvidando que en el ayer,
un bing bang, fue la eclosión.
Ricardo Campos Urbaneja
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