Del centro puro de los ambientes
de feria, brotan los alegres pregones
del vicnaguero de Málaga;
paseando sus frescas vicnagas
por las calles recién regadas
con olor a sombra y boquerones de plata.
Es la flor de la vicnaga
de una blancura inmaculada, la risa, los sombreros
y esos trajes de gitana, con su sabor
de luciérnagas en feriadas...
Sus piececitos de rubí, sus ojitos de sultanas
van derramando alegría
por la calle Larios de esa moruna Málaga;
las rosas recién cortadas y los olorosos
jazmines que forman una pareja romántica;
el jazmín y la vicnaga.
En la madrugada con manos trémulas aún mojadas
alguien golpea mi puerta y con voz emocionada
me dice muy ufano:
-Que soy el vicnaguero de Málaga-
y traigo para las mocitas, vicnagas recién cortadas...!
¿Qué quieres vicnaguero? -aquí estoy esperando
que llegue el alba para ver a la mujer malagueña-
entre esas vicnagas blancas...!
Rafael Chacon Martel
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