miércoles, 5 de abril de 2017

¿DE QUÉ COLOR ES LA CRUZ...?


Una Cruz teñida de fieles ausentes
en mesas redondas,
una cruz de hombres de negro
y escurridizo el corazón,
una gran cruz en tu pecho
fingido de amores,
y escondes la daga maldita
de la inocencia espera.
Una cruz de intolerancias
y manejos asquerosos
por debajo de las mesas,
a esa cruz yo la detesto,
como detesto las calles
en burbujas de alcohol,
como detesto el hambre
mezquino en platos repletos.
Yo me entrego a la cruz
donde habitan los hombres de verás,
hombres de revólver en cuentas
de un santo denario,
denario maldito si petrifica las noches
en la humanidad golpeada
en el silencio de luces
y los cables resueltos.
Yo apuesto mi vida en la cruz
que demuele al violento crimen
en niños de ultrajado
por hombres de mierda,
apuesto mi cruz entre fuegos de seda
y envuelvo de hinojos al anciano
que estorba,
apuesto la cruz por el pandillero escondido
en las turbas de sombras
perdiendo en la guerra,
abrazando su pena.
Soy un soldado proscrito en la noche
en fuertes oleajes de Cristo en la ofrenda,
un soldado con botas de leña
en la fiebre bautista,
un soldado soy con rodillas
desechas de golpes a diario
por fuegos bastardos
que lanzan los otros
vestidos de ley en tonos
de fraude,
¿de qué color es la Cruz,
la cruz que llevas por fuera?

Silvia Ortiz

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