No es un cazador furtivo
ni daña la naturaleza,
es cazador de bellezas
por su cámara cautivo,
para poder sentirse vivo
tiene que salir a cazar,
sin importar el lugar
él emprende la partida,
esa pasión desmedida
es muy digna de elogiar.
En las praderas o ríos
y a veces hasta en la mar,
listo para fotografiar
ante cualquier desafío,
si el clima es caliente o frío
eso no es impedimento
y si soplan fuertes vientos
una imagen debe haber,
no existe mayor placer
que capturar el momento.
Gracias a esa gran pasión
podemos recrear la vista,
cual si fuera gran artista
el entrega el corazón,
vive con mucha emoción
cada imagen que captura,
al borde de la locura
disfruta cada momento,
gracias a ese gran talento
conocemos la hermosura.
Refugio Alatorre Mariscal.
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