Quise salir de un bosque de labios,
los árboles eran tiendas todo a cien.
Quise ser hombre y me volví baratija,
enmarañado entre greñas oblicuas.
Quise ser renglón insigne
y fui desposeído de mi carcasa.
Quise recordar el mejor chiste del mundo
y me encontré con tu mirada.
Quise ser un malabarista
y fui el autógrafo de un loco.
Quise catar el sabor del viento
con los ojos pintados de mostaza.
Quise aterrizar sin derribar palacios
y fui un papel en una papelera.
Quise se el príncipe del cuento
y acabé siendo leña y miedo.
GUILLERMO JIMÉNEZ FERNÁNDEZ -Mérida-
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