EL Cano, poblado situado en el municipio de la Lisa en La Habana se caracteriza no solo por su arquitectura colonial. Sino también porque en este poblado durante mas de 150 años se ha mantenido una de las profesiones manuales más hermosas de la cultura cubana, la alfarería.
Ubicación
Colinda al norte con Arroyo Arenas y Punta Brava, al sur con la autopista nacional y con el municipio Boyeros, al este con Valle Grande y al oeste con el reparto Bello 26.
Características Geográficas
Zona arcillosa flanqueada por dos pequeños arroyos tributarios del río Marianao. Sin grandes alturas ni montes muy intrincados.
El clima de este consejo se corresponde con el de sabana tropical, típica para todo el país, con un período seco de diciembre a abril y otro lluvioso de mayo a noviembre. La temperatura media anual en este territorio oscila entre 24º y 26º Celsius
El primer paso en el proceso de evolución económica del territorio fue la merced otorgada para el corral de El Cano. El mismo fue admitido a diligencias el 10 de mayo de 1587 y otorgado a merced el 25 del mismo mes y año a Martín González Cano.
Su perímetro poseía una longitud de 13,13 km. lineales aproximadamente y abarcaba una superficie entre 14 y 14,5 km2. Estaba ubicado su centro a cinco leguas de La Habana y limitaba con los corrales Ojo de Agua, Guatao, y Guajay, extendiéndose hasta las proximidades del río Quibú e incluyendo una buena parte de las tierras que ahora conforman el municipio La Lisa.
El Cano, según registros oficiales de la época fue creado en 1723.
La alfarería en el Cano comenzó a desarrollarse hacia el año 1845., atendiendo a las características arcillosas de su suelo.
En cuanto a la industria, alcanza un mayor nivel de desarrollo, al introducir en las producciones alfareras mejoras técnicas, sin abandonar las formas originales; así comienza a utilizarse la “máquina de cazuela” que realizaba mecánicamente el moldeado interno de las vasijas, y se mejora el amasado del barro haciéndose en menor tiempo.
Hacia 1925 existían en El Cano alrededor de 4 ó 5 tejares grandes y 10 pequeños, con una elevada demanda de su producción de cazuelas de barro, utensilio imprescindible en los hogares del país, así como de otros objetos famosos por su resistencia al fuego, como tejas y platos.
El desplome de algunos tejares durante el ciclón del 26 provocó una sensible reducción de las producciones, lo que unido a la competencia que ofrecían los útiles de cocina elaborados con aluminio, hizo que la industria alfarera de El Cano atravesara una profunda crisis, de la que se iría recuperando durante la década del 40, al introducirse una tecnología más avanzada para elaborar tubos de barro para instalaciones sanitarias y la incorporación de nuevas producciones como bebederos para conejos, de gran aceptación popular,
La Fiesta del Alfarero en El Cano formó parte de las tradiciones culturales nacidas en la época de la República Neocolonial. Aparece en 1945 coincidiendo con el centenario de esa industria local patrocinada por los dueños de tejares que buscaron en estas fiestas una vía para aumentar sus ventas, pero con el tiempo se convirtió en una linda tradición de arraigo popular, que se celebraba fundamentalmente en el último fin de semana de septiembre.
Fieles a su costumbre, que vuelve con cada septiembre, abren la jornada a las 6 de la mañana con el toque de diana mambisa y la oferta de café carretero donde se puede disfrutar del néctar revitalizador a la vieja usanza. En la plazoleta central varias generaciones de alfareros, incluyendo niños, sacan sus tejares para demostrar al público como se modela el barro y ofrecer a la venta sus artículos.
Las competencias y juegos tradicionales están previstas para las diez, con la ascenso del palo encebado, carreras en saco, competencias de bicicletas, el comilón de huevos, comilón de harina, comilón de merengue y la captura del gato.
Muchas personas visitan este pequeño poblado de la Capital de cubana para disfrutar de su tradición alfarera, que tuvo por promotor al párroco de la Iglesia Manuel Rodríguez, 66 años atrás.
Vale la pena resaltar que la fastuosidad de la Fiesta de Los Alfareros, durante el llamado Periodo Especial, tras el derrumbe del Campo Socialista y el aumento del Embargo , bloqueo, económico impuesto a Cuba por más de medio siglo, se vieron disminuidos, aunque nunca se dejó de celebrar esta rica tradición cultural del pueblo del Cano.
Regino Mayedo -Estados Unidos-
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