Día a día corre el reloj
noche a noche con las horas,
el silencio se acobarda
y entre estíos se deshace,
la muda soledad se ventila,
y el recuerdo de ti arde,
el alma musita palabras inconclusas
y el corazón le aconseja,
ella no está pero te ama
y tú le amas también,
entre la alcoba danza el deseo
y la pasión se recuesta,
el amor adormilado ora
y el placer se esconde,
no estás aquí presente mujer
pero en mi pensamiento,
danza tu imagen clara y bella
como rayo en la llanura,
y me trae la razón de vivir
y el sentir pleno de tu presencia,
ausente y presente, así estás
y así te amo,
pasa el tiempo, y ese amor
sacia rumores en la brisa,
y en la distancia
forja el nuevo devenir.
José Vicente Castro Romero -COLOMBIA-
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