miércoles, 11 de junio de 2014

EL VIAJE.


Vamos viajando en un reflejo:
en otros, detrás de otros, sobre otros.
Como un reflejo
intentamos ir más allá
y no sabemos exactamente con qué nos encontraremos.
La vida es un paso siempre hacia adelante,
nunca hacia atrás,
nunca regresa.
El tiempo arrastra amores, odios, todo lo que toca.
Arriba o abajo da lo mismo.
El instante no es eterno.
Pero siempre hay otro instante
y otro y otro,
hasta que tú te detengas.
Hasta que se detenga tu corazón
y pases al umbral de lo desconocido.
Ahora vives verdaderamente
y mueres sin lugar a dudas.
Puedes tocar el cielo
si tú quieres.
Puedes arrancar una flor
o cultivarla.
O puedes depositarla
en los manos de tu amada
y sonreír con ella.
Todo es un continuum a otra vida,
a otra maravilla,
a la sorpresa.
Todo se junta y se reúne, pesa, se eleva.

Ligeros somos como el polvo.
Como globos; como un coro que en el cielo
canta.

Y vives,
y mueres
y te elevas.

MARTÍN ROLÓN DÍAZ

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