lunes, 26 de mayo de 2014

LOS POETAS


Los poetas viven bajo un árbol,
a cualquier hora desahuciando una palabra
o haciéndole el amor a otro poeta.

Los poetas no doblan sus sábanas.

Mil voces pasan sobre ellos pisoteándolos,
los insultan, los indagan, les pegan.

No hablan, sólo escuchan y escuchan.

No están en el mundo,
es el mundo el que está en ellos.
El universo los persigue para existir existiéndolos.

Un poeta es la víctima más bella -un sacrificado.
Cuenta, una a una, sus heridas,
las consiente y decide cuál va a abrir
o cuál deberá esperar su gota de sangre.
Para él una cicatriz es un fracaso,
es haberse olvidado de algo.

Un poeta no entiende nada pero todo lo conoce.
No sabe del mal ni del bien
pero sí del abismo que los traiciona.

Por eso no puede dormir,
pues perdería la angustia de la sombra,
la violación de la noche,
se escaparía del hielo que hace huesos,
del sudor de un templo
o moriría sin mirar de frente.

Los poetas están despiertos a cualquier hora,
a cualquier vida, a cualquier sueño.

Clara Schoenborn -Colombia-
Publicado en la revista Palabras Diversas 47


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