Esperé que sonara el reloj
pero aquella mañana no sonó.
Esperé que ella me llamara
pero aquella tarde no llamó.
Esperé que vinieras a visitarme
pero aquella noche no viniste.
Un largo día esperando
sin que nada pasara
sin que nadie acompañara
mi aburrida soledad.
Tal vez mañana el reloj
suene a la hora exacta.
Tal vez alguien me llame.
Quizás tú vengas a verme
y mitigues el dolor
que me causa la enferma soledad.
Pero probablemente esto no ocurrirá
y el silencio será mi única compañía.
JOSÉ LUIS RUBIO
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