PRIMERO TEMBLOR
Tan cercana a tus aguas
cercada por un atrio vegetal que circunda mis ojos
ya no puedo evadirme en esta hora
a cuestas del insomnio
ni dejarme llevar por la nostalgia.
Soy aquello que fui y lo que quise ser
después de mi segundo nacimiento.
No soy un pez sobre la roca
con las branquias cerradas
contemplando asfixiado
cómo la vida pasa, nos zarandea el pulso
nos asedia incansable y nos dirige
el paso, hacia los cuatro vientos cardinales.
Tal vez sea el lirio que se corta,
le van quitando hojas, lo olfatean
como a un niño tapiado
y grita y se debate y se asemeja
al dolor, porque el dolor le sigue
cercano, casi intrínseco
en la piel y en la entraña.
Reposada la herida,
ya soy el sol que sale, cuando despierta,
manantial que rezuma sus cristalinas aguas,
pájaro en vuelo que da alcance
a la caza, bajo un cielo undoso.
Ya no pongo murallas a las caricias
ni al decir: ¡te quiero!
Soy al fin, rosa ungida, estrella sobre el mar.
Al fin reconquisté mi libertad primera.
Isabel Díez Serrano
DE FACEBOOK - 6196 - VEINTIOCHO DE DICIEMBRE. FÚTBOL
Hace 2 horas
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