Mis ojos aún tristes
nada siente mi carne
el día no se levanta
la noche esta desierta.
Enciendo un cigarro
una copa de vino
la luz apagada
el silencio me guarda.
Sin brisa que sople
ni vela que alumbre
sin huella en el alma
ni música que sane.
Las olas se duermen
la luna se oculta
me muevo a paso lento
no se lo que busco.
Mis manos recogen
el perfume del tiempo
el ahogo interno
que pierde la nada.
Añoro los días
que a gritos moría
de tantas alegrías
que tu amor me daba.
Neissa Juan -Puerto Rico-
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