El día se va yendo y cayendo, suavemente
silencio y quietud se adentran en la noche
llegan soledades, insomnios y el reproche
cuando invaden tus recuerdos, lentamente.
El amanecer, trampa cruel, fría madrugada
y sin el calor de tu cuerpo se hiere mi alma
rotas esperanzas, ilusiones y pedida calma
la herida mortal del corazón, ya fue tallada.
En negra noche, mis ojos siempre abiertos
quietud, y vano intento de volver al pasado
soy otoño muerto, que tu huida a lacerado
hojas secas muertas, se llevan los vientos.
Una extraña fantasía vibra en un recuerdo
de tu boca, tu risa y el aroma de tu aliento
una música lejana, revive mi pensamiento
ya cierro mis ojos, para aliviar mi tormento.
Porqué extrañarte así
Porqué recordarte así
Porqué, si así, más te amo.
Manuel F. Romero Mazziotti -Argentina-
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