Reina la locura, triunfa el fuego,
tierra negra de hostiles aires;
pugna viva por remotos mestizajes.
Cosechamos cenizas de placer,
cuerpos cómplices de la herida
bajo el ardiente dialecto;
ante el alma: "la conquista"
Alza el vuelo la vida,
antes de hundirse sin demora
en la albura, toda memoria;
ventajosa dádiva ofrecida.
Amarte por tu ausencia,
implorando a las penumbras;
escalando muros de cordura.
Te recibo invadiendo el firmamento
en el confín vano de los sueños;
reencuentro de dos bocas con fiereza,
abrazo dócil, sin fronteras dispuse
nupciales tesoros del destino.
Nos cobijan las estrellas acechantes,
en el vacío.
Tú mi Rey, a hurtadillas
entre los ocres del presente
pintas de azul el futuro,
poniendo en mi dedo un anillo;
mientras...,
ofrendaba la noche sus luceros.
Loly Soler
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