AMOR LIBRE

Qué bonito es el campo
con sus árboles y pájaros,
con su manto de niebla en las noches
y su vestido de novia de nubes blancas.

Quisiera tener el privilegio
de vivir en la montaña con vista al mar,
para mirar sus olas al despertar,
mirar desde lo alto cuantos besos
a la arena le da,
y en las noches de luna
ver como sube la marea
porque los dos enamorados están.

En cada atardecer
mirar los arreboles del campo,
caminar sobre la hojarasca,
y escuchar sus lamentos
que bajo mis pies reclaman 
y así poco a poco
voy contando las horas muertas
que ya han pasado.
Pero mi amor jamás pasará.

 Cada noche, cada mañana
me levanto enamorada del amor
que en alguna esquina está,
guardare todas las mieles
que en mi boca están,
sé que tarde o temprano
frente a mí se parará,
entonces lo tomare del brazo
y luego de la mano
para juntos caminar,
de noche miraremos las estrellas
y de día… el mar.

El libre y yo libre
hasta que Dios decida que viene
para podernos llevar;
qué bonito es el amor otoñal
sin compromisos solo juntos caminar.

María Regueira López